Un pug saludable se comportará de
manera enérgica y juguetona, e incluso un poco hiperactivo en sus primeros años
de vida. Su estructura maciza hace que toleren bien el juego con niños y
adultos, y su particularmente dura cabeza puede causar topetones y caídas a
niños pequeños y adultos mayores. Al ser braquicéfalos soportan mal el calor.
Tienen la traquea más
estrecha que otras razas de perro. Suelen padecer problemas de corazón.
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